En el año 1876, Martins Sarmento recibíó el aviso de que entre Lanhoso y Braga, a pocos quilómetros de Briteiros, en un lugar de la feligresía de Pedralva; existía la mitad inferior de una gran estatua de piedra, que representaba a un hombre o gigante sin ropa y desnudo. Su informante pensaba pintoresco, que sería parte de un Goliat que alguien, muchos años antes, pudo pretender hacer e instalar en el Bom-Jesus de Braga.
Empieza así la historia conocida del Coloso de Pedralva, el coloso que encuentra Sarmento en medio del monte,“ao pé d´uma vizosa deveza de carvalhos”. Al Oeste de la “Casa das Eiras”, en el “Chan do Ferrujal”, En un lugar del monte, sin vestigio de penedos, sin ruinas de poblados.
En su primera visita solo encontró su mitad inferior y estaba caída. El busto con brazos y cabeza aparecerá varios días después, enterrado a muy pocos metros de distancia. Sarmento escribirá en su diario que la pieza inequívocamente es antigua, que lo es aunque solo sea por tener un miembro masculino de cuatro palmos y medio perfectamente dibujado. La estatua por su torpeza formal no puede ser romana; por su sexo visible no pertenece al cristianismo.
El coloso no es una sola sino dos piezas; dos piezas y una tercera piedra de unión que constituye la parte alta del vientre y el pecho. Es portentosamente tosco y bruto; su cara casi no tiene nariz, ni ojos, ni boca. Está sentado con su imponente brazo derecho extendido. Tiene el brazo izquierdo pegado al tronco, la pierna izquierda estirada. Su sexo existe, pero está pegado al cuerpo y disimula su presencia. No es asexuado como King-Kong ; pero tampoco tiene que ver con Príapo o con uno de los ciervos elevestrados de los petroglifos de Cotobade.
Sarmento quería llevar el coloso al alto donde se encuentra la citania de Briteiros, pero al no encontrar alguien que haga el transporte por un precio razonable; comprará a Dª. Francisca Machado, la propietaria de la “Casa das Eiras”, una pequeña parcela de 12 metros cuadrados, y allí con siete yuntas de bueyes llevará la estatua para “melhor segurança e resguardo”.
En 1928 en la “Revista de Guimaraes”, Mario Cardoso escribe esta historia en un artículo; y dice que después el coloso estuvo algunos años olvidado.”Efectuámos, há pouco, alí uma visita. Um pobre velhote guiou-nos fácilmente por aqueles ermos até ao chamado homem de pedra. É de uma grandeza inesperada!”. Estaba caído pero intacto; estaba igual que en las fotografías que había hecho Sarmento.
Empieza así la historia conocida del Coloso de Pedralva, el coloso que encuentra Sarmento en medio del monte,“ao pé d´uma vizosa deveza de carvalhos”. Al Oeste de la “Casa das Eiras”, en el “Chan do Ferrujal”, En un lugar del monte, sin vestigio de penedos, sin ruinas de poblados.
En su primera visita solo encontró su mitad inferior y estaba caída. El busto con brazos y cabeza aparecerá varios días después, enterrado a muy pocos metros de distancia. Sarmento escribirá en su diario que la pieza inequívocamente es antigua, que lo es aunque solo sea por tener un miembro masculino de cuatro palmos y medio perfectamente dibujado. La estatua por su torpeza formal no puede ser romana; por su sexo visible no pertenece al cristianismo.
El coloso no es una sola sino dos piezas; dos piezas y una tercera piedra de unión que constituye la parte alta del vientre y el pecho. Es portentosamente tosco y bruto; su cara casi no tiene nariz, ni ojos, ni boca. Está sentado con su imponente brazo derecho extendido. Tiene el brazo izquierdo pegado al tronco, la pierna izquierda estirada. Su sexo existe, pero está pegado al cuerpo y disimula su presencia. No es asexuado como King-Kong ; pero tampoco tiene que ver con Príapo o con uno de los ciervos elevestrados de los petroglifos de Cotobade.
Sarmento quería llevar el coloso al alto donde se encuentra la citania de Briteiros, pero al no encontrar alguien que haga el transporte por un precio razonable; comprará a Dª. Francisca Machado, la propietaria de la “Casa das Eiras”, una pequeña parcela de 12 metros cuadrados, y allí con siete yuntas de bueyes llevará la estatua para “melhor segurança e resguardo”.
En 1928 en la “Revista de Guimaraes”, Mario Cardoso escribe esta historia en un artículo; y dice que después el coloso estuvo algunos años olvidado.”Efectuámos, há pouco, alí uma visita. Um pobre velhote guiou-nos fácilmente por aqueles ermos até ao chamado homem de pedra. É de uma grandeza inesperada!”. Estaba caído pero intacto; estaba igual que en las fotografías que había hecho Sarmento.
(el texto es resumen de un articulo publicado en Faro de Vigo. 1, Marzo, 2005.)
Museo Martins Sarmento. Guimaraes
Museo Ponte de Lima
Museo Martins Sarmento
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Museo Martins Sarmento. Guimaraes
Briteiros. espacio comunitario
Museo Martins Sarmen. Guimaraes.
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